La poesía de Alejandro Soriano Vallès irrumpe como un sismo con imagen y ritmo. Es una poética que se reconcilia con los objetos, con esa primigenia mirada de explorar el mundo, de nombrarlo; sin embargo, algo de ella invoca a lo etéreo, va de la mano con la tierra y el cielo. El que escribe, permanece ante la sorpresa de las emociones y del mundo, dialoga con ambos pues: "Un hombre/ que vive en una casa rodeada de lluvia/ no sirve para la acción", nos dice. Soriano intenta la manufactura de la poesía conversacional, pero encuentra otros asideros, es cambiante, oscila como un sismo o como una tormenta. Como toda poesía, su palabra nos transforma. Sus intereses van desde la mujer, su compañía, su cuerpo, su esperanza; o, al contrario, su desgarrada ausencia, pues la mujer en la poesía de Soriano Vallès aparece y se va; sin embargo, el eco de sus pasos nos lastima.