Lo muy breve es una de las fronteras de la escritura en nuestro tiempo. La narrativa brevísima, la reflexión condensada, las formas de la poesía diminuta y también muchos otros textos para los que todavía no hay clasificación –que aún no tienen nombre: que no son nada previamente conocido– son escritos y leídos mucho más que en cualquier otra época. Los textos de Cristina Rascón que aquí se reúnen son una muestra representativa de esa escritura diversa, incesante, viva como pocas cosas en la literatura del presente, y también una imagen precisa del pensamiento de su autora: de una escritora particular, un ser humano concreto, que mira al mundo y entrega breves observaciones: imágenes instantáneas. El sonido de las hojas no se queda en los confines de ningún género sabido o por saberse: contiene minificciones (o microrrelatos, como usted prefiera llamarlos) y también aforismos, observaciones, fragmentos de sueños y pequeñas metáforas explosivas o insidiosas. Lo importante es que, en todos los casos, lo cotidiano se transforma
y se vuelve monstruoso o bello; las pasiones humanas se manifiestan como sucesos tremendos; las certidumbres se ponen a prueba (y muchas veces se revelan falsas)…, y siempre podemos escuchar, con la mirada, la misma voz que lo cuenta todo: que va a dar un paseo alrededor de su vida –como suele decirse– y probablemente experimenta lo que todos, en este mundo que venera el tedio y el conformismo, pero lo transfigura: lo hace nuevo, totalmente distinto, asombroso como sólo puede serlo la existencia cuando pasa a través de la literatura.
Alberto Chimal