Los diferentes registros que el autor aborda en este volumen nos hablan de un escritor con una amplia variedad de intereses, pero también de un artista cuya mirada sabe posarse en cualquier sitio, en cualquier tema, y extraer de él la esencia misma del relato. Entre la vuelta de tuerca que deslumbra en las últimas palabras, la perspectiva alrevesada que nos muestra aspectos inéditos de lo conocido, la observación poética, la hipérbole, el ángulo cruel o el bizarro, lo que destaca sobre todo en estas ficciones brevísimas son la fantasía y la creatividad matizadas por la síntesis del lenguaje, la levedad y el ingenio. Narciso, el masoquista es, así, un libro lleno de historias completas, sorprendentes y rápidas que nos muestran cómo, cuando las palabras se utilizan con eficacia, un universo entero, en este caso el universo imaginativo de Armando Alanís, puede quedar plasmado en muy pocas páginas.
Eduardo Antonio Parra