4x4=16, 4x4x4=64. La concepción de un libro de poesía hecha por 64 piezas en 16 líneas, comenzó con un simple cálculo; que llevó a la creación de cuatro libros con el mismo formato, escritos entre 2010 y 2013; en total 4x4x4x4=256. Las 256 piezas o 4096 líneas, no tienen otro justificante, que ser testimonio de los cuatro elementos (tierra, agua, fuego y viento) que en cualquier momento nos disparan a través de la existencia y su forma efímera. No hay ningún otro secreto en éste mundo que el movimiento de los cuatro elementos, es la única razón de que somos como somos. Asimismo, hay un juego de palabras oculto que revela mi obsesión con el número cuatro. En japonés el número cuatro se pronuncia shi. Es homófono con la palabra muerte (shi) y poesía (shi). Al multiplicar un número negativo con otro número negativo, se obtiene una respuesta positiva, 4 veces 4, muerte veces muerte, equivale a la vida y la poesía. Incluso cuando la muerte se expone a los cuatro elementos, experimenta un renacer, en el que la materia se recombina,
dando como resultado una configuración del ser vivo totalmente nueva. ¿Acaso no es la vida el flujo de los cuatro elementos? ¿Qué es la poesía sino una disertación sobre la vida? Mi simple cálculo se fundamenta en nuestra vida ypoiesis. No hay que olvidarnos que la poesía es un llamado de la acción. El lenguaje es el medio para designar a los objetos ausentes, la poesía genera el deseo en el hombre para actuar en lo que está por venir, para dar forma en la dinámica de la reconfiguración de los cuatro elementos. La poesía que no es poesía de los elementos, no existe, justo como no existe la poesía que no incluya la acción, en el sentido más verdadero y simple. Leer y escribir poesía nos expone constantemente al poder de los elementos y nos conduce más allá para tomar acción en el futuro inminente. La siguiente acción que tomarás, es relativamente sencilla: vivir.
Ernesto Lumbreras