Es el decir el que decide, un libro tejido por aforismos que dinamitan el alma del lector debido a su ácido humor, su implacable sentido crítico y la sagaz inteligencia que la tinta de González Torres va derramando tras de sí. El estilo lúcido de esta obra no sólo recae en el aforismo de sobrada autoconsciencia, que delínea una serie de pensamientos orillados a comprender la vida desde la intimidad existencial o el discernimiento de ese yo que asoma una proyección, pero también una distancia frente al prójimo, sino que también es una reflexión que, desde la espontanea libertad del aforismo, medita —sin pretensión de teorizar— sobre la naturaleza del lenguaje y el exceso de sentido que se puede encontrar leyendo entre líneas, o pensando lo no dicho. Sobre la brusca condición humana que subyuga a sus animales y el hipotético mundo que nacería de invertir el abuso. Sobre la violencia oportunista que inspira los noticieros y la supremacía moral que sostienen tales narrativas. Así como acerca del amplio significado de lo sagrado,
que va más allá de la soberbia monoteísta y de la expiación de los pecados. Los aforismos de González Torres son un microcosmos, donde a partir de pocos elementos, se puede encontrar un significado amplio e inagotable, una interpretación infinita que le dé la vuelta al tedio. Es excepción de mentes brillantes lograr profundidad en pocas palabras.
Julieta Lomelí