Poseedor de una de las inteligencias críticas más lúcidas y frenéticas en nuestra literatura, Geney Beltrán Félix incursiona en Espíritu débil en el género aforístico, demostrando con precisión y fuerza las virtudes de su pensamiento. Espíritu débil presenta al aforismo no como esa segura enunciación del intelectual occidental, rechazando el carácter categórico de su propia tradición. A contrapelo de la aforística canónica, Beltrán Fenix enuncia desde una profunda duda respecto a las posibilidades del género, admitiéndolo como carente de toda originalidad (“Todo aforismo lo pensó antes alguien más”) y vacío de sustancia luminosa (“El aforismo es la autobiografía sin los hechos”). A partir de estas premisas, Beltrán nos lleva a través de recorridos precisos y brutales por cuestiones distintas de la contemporaneidad y la existencia: el miedo, la escritura literaria, la emoción, la pasión, el suicidio, el amor. Aforismo tras aforismo, emerge de Espíritu débil una axiomática del presente y una metafísica de la furia de la cuál
derivan éticas del arte y del espíritu. Heredero maldito de Cioran, Beltrán Félix consolida en este volumen una trayectoria dedicada al pensamiento sin concesiones y a la crítica libre y sin miramientos. El aforismo, en Espíritu débil, es culminación y nuevo inicio de uno de los pensamientos más intensos de la literatura mexicana actual.
Ignacio Sánchez Prado